3/12/12

"En el fútbol de hoy faltan maestros"

Humberto Maschio, símbolo del fútbol argentino y, sobre todo de Racing, habló absolutamente de todo. Acá está la desgrabación de la entrevista.

-¿Qué le gusta y qué le disgusta del fútbol actual?
-La del fútbol es la segunda o tercera industria más importante del mundo, así que hay mucha gente a su alrededor. El fútbol de antes no era ni mejor ni peor, sino diferente. Creo que era más lindo. Antes había más técnica, más precisión, un jugador cuando terminaba el entrenamiento se quedaba a practicar definición, cabezazo. Eso, actualmente, es difícil. Hoy día el fútbol es un poco más complicado porque es más rápido, la velocidad es el doble a la que era cuando yo jugaba. En Italia, por ejemplo, se consideraba que el hombre que más corría era el mediocampista, que es el que sube y baja, y hacía alrededor de 4,8 o 5km por partido. Hoy, el tipo que más corre hace casi 10 km, dos veces más. Al haber más velocidad tenés menos precisión, menos técnica, menos tiempo de pensar, menos posibilidades de pasar bien la pelota, y así se suman varios aspectos negativos. Por eso digo que antes el fútbol era, también, más vistoso. Te doy un ejemplo: un avance de algún equipo, tira el centro el volante externo o el lateral y lo manda al otro costado. Es impresionante la falta de precisión que hay en el fútbol actual. Solamente de ver como se tira el arco, queda en evidencia esa falla. En Argentina se tira alto, fuerte, lejos, no hay eficacia en los pases y las jugadas, la mayoría de las veces, terminan mal. Creo que los trabajos físicos y, puntualmente de fuerza, son exageradamente usados y no tan necesarios en este sentido. En la época nuestra a los pibes de 14 o 15 años no le permitían hacer esos trabajos ni ejercicios de gimnasio, ni pesas ni potencia, nada. Antes, la práctica se basaba en lo estrictamente futbolístico, y ahora eso ha cambiado mucho. Yo veo los entrenamientos de Inferiores y caigo en la cuenta de que faltan maestros que formen a los chicos de una buena manera. Y no digo que haya malos técnicos, doy fé que hay buenos entrenadores, capacitados y trabajadores, pero faltan maestros del fútbol. Gente que enseñe a pegarle con las dos piernas, a acelerar y hacer la pausa cuando haga falta. Ahora estoy un poco alejado del ambiente, pero sigo viendo las Inferiores y no hay alguien que transmita paciencia. Raffo, en mi época de Racing, no pateaba muy bien y Pizzuti lo tenía una hora más después del entrenamiento pateando contra un paredón con números. No te digo que perfeccionó su pegada, pero si la mejoró notablemente. Si eso se hace con un pibe de 12, 13 años, seguramente va a aprender a patear con las dos piernas, a adoptar un perfil adecuado para la pegada y esas cosas. A mí me gustaba más el fútbol de antes, hoy es mucho más complicado. Si te ponés a ver un partido, ves mucha fricción y se producen muchas lesiones graves, como la rotura de ligamentos. Pasa por la gran velocidad a la que se juega y por la gran cantidad de choques que hay dentro de un partido en la actualidad, dónde se mete más de lo que se juega. Antes era más limpio, más leal. Cuando yo jugaba en Racing, estaba en aquel equipo que había ganado los tres campeonatos. Tenía de compañeros a tipos como Gutiérrez, Giménez, García, Méndez, Bravo, que ya habían triunfado y se habían hecho un nombre dentro del fútbol. Sin embargo, ellos venían una hora antes y hablaban de fútbol y cuando terminaba el entrenamiento se quedaban a patear y a hablar de fútbol. Un domingo a la noche, nos invitan a mí y a dos jóvenes más que habíamos venido de Quilmes, nos invitaron a cenar con ellos en un lugar cercano al Obelisco al que podían ir tranquilamente jugadores, directores técnicos, dirigentes que hablaban siempre de fútbol, porque les gustaba y vivían para eso. Y nos invitaron a nosotros para compartir eso con ellos y después nos metían en un remís que nos llevaba a casa. Y para que se tome una dimensión de la lealtad que había, recuerdo un partido en que que –o Gutiérrez o García Pérez- había recibido una patada, bastante fuerte, y el árbitro expulsó al rival –en ese entonces no había tarjeta- que pidió disculpas, y el jugador que había recibido la patada fue a hablar con el árbitro para que no lo eche porque había sido sin mala intención. Y el rival siguió jugando. Ahora, un jugador cae y, caído y todo, ya está haciendo señas con la mano para que amonesten al que le pegó. Cambiaron muchas situaciones desde esa ápoca a esta parte, en muchos sentidos. Algo similar pasa con la hinchada. Nosotros siempre contamos que, cuando jugaba Independiente Racing, por ejemplo, las hinchadas iban por distintos lados y ni se cruzaban. Nosotros, jugadores, comíamos al mediodía en Racing antes del clásico e íbamos caminando a la cancha de Independiente. Y no íbamos los 22 juntos, íbamos de a grupos. Lo mismo pasaba al terminar el partido, y nadie nos decía nada, sea cual haya sido el resultado. Había otro espíritu en la cancha. No se le daba tanta importancia al resultado como hoy en día se le da. El hincha del equipo que había perdido, capaz salía del estadio diciendo: “Perdimos, pero le dimos un baile…”, y con eso se iban contentos a su casa. El resultado antes era un accidente y hoy es lo imprescindible. Hay muchos intereses en juego, y no solo para el jugador, sino también para el técnico, los dirigentes y los mismos hinchas.

-¿Se denominaría Bilardista o Menottista?
-A mí siempre me gustó Menotti. No tengo nada en contra de Bilardo, también tuvo sus aspectos positivos, salió campeón del mundo, pero me gustaba más el estilo del flaco porque, según mi parecer, se adaptaba más al perfil y a la identidad del jugador argentino. Con él surgieron muchos jugadores importantes que no se pensaba que iban a llegar dónde llegaron, como en el caso de Brown, que jugaba muy bien.

-¿Por qué piensa que los jugadores permanecen tan poco tiempo en sus clubes antes de emigrar?
-Hay muchos intereses, mucho dinero de por medio. Un pibe quiere asegurarse su futuro y el de su familia, y entonces se va muy pronto. Ahora es diferente el panorama al de décadas atrás en todo sentido: antes hacíamos asados en el club una vez a la semana y nos quedábamos hasta tarde, de vez en cuando venía algún cantante, o sino nos quedábamos charlando de fútbol. Ahora hacen asados, ¡y algunos pibes no se quedan ni al postre! Lo que pasa es que ahora los tiempos del fútbol se modificaron, antes no había tanto esto de las concentraciones. La primera vez que nosotros concentramos fue en la final contra el Bayern Munich, que Pizzuti nos concentra porque el mismo día él se casaba. Pero concentrábamos de vez en cuando, los sábados a la noche. Eso si: durante todo el año, no te permitía salir de casa. A las 9 ya teníamos que estar en casa. Él nos iba vigilando. No era tan rígido el tema de las concentraciones, pero sí en el tema del cuidado, que a cierta hora ya estemos durmiendo y demás.
-Usted dijo que faltan maestro en el fútbol. ¿A quién considera, en la actualidad, un maestro?
-A Ramón Cabrero, de Lanús. Dirigió las Inferiores, después la primera y lo sacó Campeón de un torneo local por primera vez en su historia haciendo, a mi entender, una campaña formidable.  Menotti es un maestro. Me acuerdo que él se iba a recorrer el país buscando jugadores, se veía todo: ligas, inferiores, equipos conocidos y otros no tanto. A lo mejor hoy en día hay alguien que lo hace, pero también es cierto que hay equipos como Boca y River que no necesitan hacerlo porque los pibes van solos a probarse. Vienen con un micro desde cualquier punto del país, y primero van a esos clubes. Si no quedan ahí, van a Racing, a Lanús, a Banfield, a todos lados. De todas maneras, hay gente que se aprovecha. Sé, por ejemplo, que en Córdoba hay personas que le han sacado jugadores a un club chiquito para llevarlos a Boca o River, y después los representaban ellos. Hoy,  cualquier jugador ya tiene representante: sea  pibe o experimentado, sea bueno o no tanto, con condiciones o no.

-¿Le agradan los representantes en el fútbol?
-No. Y no lo digo mal, no tengo nada contra ninguno en particular, pero creo que se perjudica. Antes, Boca, Ríver, Racing, Independiente y San Lorenzo, por nombrar a los grandes, compraban apenas dos jugadores por temporada pero compraban a los mejores. Y con el tema de los representantes, ellos le ponen el precio al jugador y el que lo pague, ahí lo llevan. Sea Boca, River, Lanús o Chacarita. En la actualidad no compran a los mejores, compran al que venga. Al que le alcance la plata, al que pueden revender a los dos días, y ellos (los representantes) influyen en eso.

-¿Cuál piensa que es el mejor jugador de la historia?
-Fui admirador de Di Stéfano, para mí fue el más grande. Primero fue un delantero goleador, en River y en Huracán y luego en Europa se hizo un hombre de toda la cancha, creo que había pocos jugadores tan completos como él. Pelé también, era otro genio, igual que Maradona. Pero creo que Messi los va a superar a todos. Yo lo dije hace un año y Pagani me trató de loco, ahora lo dicen todos. Messi es un crack, pero es difícil comprar. Porque en la época de Di Stefano el fútbol era mucho más lento, cuando jugaba Maradona se puso un poco más veloz y ahora es rapidísimo, ideal para que Messi explote sus virtudes y su fútbol. En velocidad y con la pelota pegada al pie, es más veloz que todos, y gambetea bien en un lugar difícil, como el área rival, dónde hay mucha gente. Y él juega bien con cualquier lado: por izquierda, por derecha. Él es zurdo, entonces por derecha hace esa jugada mágica en dónde engancha hacia adentro y define de zurda al palo más lejano del arquero, es fenomenal.

-¿Le pegan menos a Messi que a Maradona y Pelé?
-Puede ser.  Pero Pelé te ponía el cuerpo y no se las sacabas más Y Maradona era más rápido, entonces no le pegaban tanto, pero le pagaban igual de vez en cuando, como a Di Stéfano. Pero me parece que hoy hay más respeto con Messi que el que hubo en su época con los demás, y eso está bueno. En Argentina, quizás, no podemos decir lo mismo con nuestros cracks locales. A Centurión le viven pegando codazos y patadas. De todas maneras, el fútbol argentino no es el mismo que el español ni el europeo. Si a Messi le pegan, se levanta y sigue con la jugada, no es un chico de protestar, tirarse. Lo noto un pibe leal, por lo que veo en la televisión, claro. Tiene algo que para un jugador es fantástico. Hace un gol y los compañeros se ponen felices, se ve que debe ser muy buen compañero y debe tener o hacer muchas cosas que ayuden al grupo internamente. Y, siendo la figura de un equipo como el Barcelona, eso es muy importante. Pelé en Brasil, cuando la gente lo ovacionaba, le pedía permiso al técnico y a los compañeros para saludar al público, eso es respeto por el otro, por un colega, Pelé tenía eso. Messi da la sensación de que tiene cosas similares, los compañeros lo quieren y lo aprecian, además, él les hace ganar los partidos, ja.

-¿Piensa que el Barcelona es el mejor equipo de la historia?
-Sí, sin dudas.Aunque a veces aburre como juega, porque tienen siempre la pelota y se la pasan tan bien que uno ya sabe, más o menos, como puede llegar a terminar una jugada. Pero juegan bien, tiran pocos centros y hacen paredes ahí, bien cerquita del área, tratan de jugar siempre y no desesperarse en ningún momento. Muy pocas veces pierden, como ante Celtic, pero siguen jugando de la misma manera y con la misma mentalidad. Y estamos hablando de un plantel que lo ha logrado todo. Tienen mucha movilidad: si un jugador tiene la pelota, hay tres o cuatro opciones de pase, sabe que tiene compañeros a quién dársela y empezar una jugada que después puede terminar en gol, casi seguro. Y Barcelona tiene esto de abrumar al rival con su juego, entonces muy rara vez lo atacan. Es grandioso lo de esos muchachos, pregonan un fútbol nunca antes visto.

-¿Es, en algún aspecto, comparable el Barsa de Messi con el equipo de José?
-Nooo, el Racing nuestro era puro vértigo para esa época. Teníamos variantes de todo tipo: buenos cabeceadoes, jugadores que le pegaban con las dos piernas, creadores de juego, una defensa sólida. Era un equipo muy veloz, a tal punto que a veces atacábamos todos y quedaba solamente Perfumo abajo, que también tenía una velocidad impresionante en los cortes y en los cruces. Después teníamos dos puntas como Martínoli, que era pícaro pero técnicamente muy bueno, le pegaba muy bien con izquierda o derecha y el chango que se proyectaba con la pelota en los pines, tenia gambeta, enganche y potencia. Se desmarcaba estupendamente bien, me hace acordar al pibe Vietto. Yo era el que organizaba y después estaba la muralla defensiva, impasable. Teníamos pocos suplentes pero éramos un equipo completo.

-Vietto le hace recordar a Cárdenas. ¿Qué jugador de Racing, del fútbol argentino o de Europa le hace acordar al Maschio de esa época?
-Yo era muy parecido a Riquelme, a Verón, organizar, hacer la pausa, dar pases largos, precisos, contundentes. Tenía ese estilo de juego. Al principio yo era delantero neto, fui goleador en Quilmes y luego en Racing, tengo el récord de goles en el sudamericano en Lima, con 9 goles. De joven era bastante goleador, pero ya más grande fui retrocediendo.

-El cambio de posición se da luego de su pase a Italia. ¿Era muy distinto el fútbol italiano comprado al argentino? ¿Porqué fue retrocediendo hasta terminar jugando de volante por derecha?
-En Italia jugaba arriba, hasta que me agarró un técnico yugoslavo, Balcaregi. Me dice: “Humerto, vos sos buen jugador, tenés buen pie, sos inteligente y presionás mucho pero no sos veloz”, y era cierto. Ahí me marcaban y no me dejaban tocar ni una pelota. Me dijo: “Tirate unos metros atrás y vas a empezar a leer mejor el partido”. Y así fue. Eso me ayudó mucho en mi carrera.

-Cuando fue a Italia se volvió un jugador más polifuncional, ¿Ve, en el fútbol actual, jugadores polifuncionales?
-Te diría que sí. Hoy, en el fútbol, si el 4 o el 3 no hacen un lateral, no vale. Esas cosas no las concebís. Si estás ganando pasa, fenómeno. Pero si estás perdiendo y esperás a que venga tu compañero, es una pérdida de tiempo absurda. Hay cosas increíbles en el fútbol de hoy. Yo lo digo de afuera. Soy hincha de Racing, a muerte, y no veía bien que a Villar lo pongan de 4. Tiene pase, tiene juego, sabe gambetear, patea de media y larga distancia y de 4 es un desperdicio porque estamos usando de lateral a un tipo que puede ser muy útil arriba, teniendo también un lateral como Pillud. Villar es un fenómeno, sabe ubicarse en la cancha. Hay un hueco en el 3, ahí está él. Hay un hueco en el 5, ahí está él. Es un hombre que sabe leer el partido, no se lo puede poner de lateral. Ahí Racing tiene a Pillud que, con sus cosas a mejorar, es un 4 con mucha llegada, muy rápido y lo sacó cuando andaba bien y habiendo tenido otros momentos peores. Pillud anda bien, y me gusta que se haya acomodado Corvalán sobre la izquierda. Después tenemos a Camoranesi, el inteligente, el que hace la pausa, piensa y elabora el juego, y a Centurion, que deben enseñarle todavía muchas cosas pero es un chico que, sin dudas, tiene un gran futuro y lo está demostrando con un presente fantástico que lo tiene cada vez más afianzado en el 11 titular. Es un pibe desequilibrante, gambeteador, veloz, buena pegada. Tiene muchas virtudes y pocos defectos a pulir, pero el más importante creo que es el hecho de que aprenda a gambetear cuando haga falta y no siempre, porque ante esa situación se desperdician claras chances de gol y se pierden pelotas. A un talentoso como él le pegan mucho. Contra Vélez lo agarró Cubero y le pegó patada, piña y codazo.

-Usted empezó como 9. ¿Qué opinión le merece que los tres centrodelanteros de Racing, de renombre y con basta experiencia, miren el partido sentados en el banco?
-Es una barbaridad tener tres 9 como suplentes. Me pregunto para que o porque motivo. Igual, hay que admitir que Sand anda mal, pero no lo pone nunca, no le da confianza. A veces lo pone faltando dos o tres minutos, pobre pibe. ¿Para qué lo pone tres minutos? ¿Para que pifie una pelota y lo silben? Sand está muy mal anímicamente. Necesita una buena pretemporada para volver con todo en los partidos del próximo campeonato, para que vuelva a tener la presencia en el área, el gol en la cabeza, como lo tenía en Lanús o en México. Pero si es no pasa, le va a costar mucho. Yo me puse contento cuando vino, es un gran goleador y un buen jugador, pero es evidente que no dio ni un cuarto de lo que puede llegar a dar ni encontró su lugar. Después de los dos goles que le hizo a Independiente se apagó. No rindió, pero precisa de manera urgente una buena pretemporada. Después, Dios dirá. De todas maneras, creo que Zubeldía es un técnico muy conservador, que si bien le va cambiando la cara al equipo, creo que toma ciertas determinaciones incoherentes con el desarrollo de ciertos partidos. Y el claro ejemplo es el de dejar a 3 delanteros netos en el banco.

-¿A pesar de la ausneica de los 9, cómo ve al tridente juvenil de Racing?
-Lo ví muy bien , y eso también hay que decirlo. Fariña juega muy bien y Vietto me hace acordar al Chango Cárdenas en como se desmarca. Centurión debe aprender dónde debe gambetear, pero es un gran proyecto y una gran apuesta que llevó adelante Zubeldía. Fariña se veía que tenía que entrar. Me acuerdo cuando debutó, que entró en los últimos 15 minutos y la pedía siempre, esa es una gran virtud suya que me impresionó. Necesita confianza pero hace las cosas bien. Llega, gambetea, pasa, juega, desborda y se mueve por varios sectores del campo, es bastante completo para la edad que tiene y los partidos que lleva jugados. A los chicos hay que darles confianza de a poquito. A veces el público se queja de que no juegan, pero a ellos tenés que ponerlos, sacarlos, hablarles, darles seguridad, ayudarlos, estarles un poco encima. Después depende de ellos. Vietto, por ejemplo, se afianzó en el equipo por su juego. Se desmarca, ayuda y es rapidísimo. Pero yo creo que la confianza del entrenador y los compañeros es fundamental, solo hay que darles tiempo y dejarlos crecer, porque con esos pibes Racing tiene mucha frescura. Después tenés la experiencia de Camoranesi, Saja, Pelletieri, Villar, Ortiz y ambas partes son compatibles, por eso el equipo esta haciendo esta campaña.

-¿Prefiere la velocidad y la frescura de pibes como Vietto o Centurión o la experiencia de goleadores como Sand o delanteros con más rodaje como Hauche y Cámpora?
-Ninguna de las dos, creo que ambas tienen que formar un complemento que debe aceitarse con la práctica y los partidos. La frescura es importante por este tema del vértigo y la velocidad, pero también se necesita de jugadores que manejen la pelota, hagan la pausa cuando haga falta, equilibren el equipo y también a los que metan los goles y se queden a vivir en el área. Me parece que ambas cosas son necesarias porque imagino que Camoranesi es un referente que le habla a los más chicos y los contiene, lo mismo Saja, que también está pasando por un momento excepcional y por el que, creo, es uno de los mejores arqueros del fútbol argentino. Está bien ensamblado Racing. Tiene a los dos chicos de marca, que son Zuculini y Pelletieri que también la rompen en lo suyo, pero no estoy tan de acuerdo con tener a los dos volantes de contención avocados a la marca. Uno debe marcar, pero el otro se debe adelantar para colaborar en el eje de juego. Igual, los dos son grandes jugadores: quitan, tocan, meten. Me gusta el equipo, creo que se va armando y consolidando con el correr de los partidos.

-Con respecto a la Selección. ¿Cómo ve el plantel y los jugadores citados por Sabella?
-La verdad que lo veo mejor de lo que esperaba. Me sorprendió mucho la convocatoria del pibe Di Santo, no lo conocía mucho, pero por lo que tengo entendido, está haciendo buenos partidos en Inglaterra. Creo que el entrenador está haciendo pruebas pero me parece que cuando más probás, más te confundís. Cuando vos hacés pruebas es porque, en puestos determinados, no estás muy seguro de lo que tenés. Si bien se lesionaron jugadores importantes como Gago y Garay, creo que las pruebas son excesivas y, lejos de favorecer, pueden llegar a perjudicar en la elección de cara a los eventos importantes que tiene Argentina por delante, como las Eliminatorias y el Mundial. Creo que tiene una base ya hecha. Los defensores centrales se van conociendo y, con sus falencias, van rindiendo. A Coloccini, contra Arabia Saudita lo ví muy sobrio, con mucha presencia. No sé si el DT estará dejando a Zanetti para un partido de despedida, pero si lo ves en el Inter, corre igual que a los 20 años, es una fiera. Zabaleta no es un fenómeno pero cumple, Rojo se está asentando, Mascherano está firme y Romerito no tiene problemas, es un arquerazo. Adelante tiene grandes delanteros que no voy a descubrir yo. Messi, Higuaín, Agüero y Di María son determinantes. Ese cuarteto va a dar que hablar.

-¿Cómo le parece que le va a ir a Argentina en el Mundial?
-Bien, tengo optimismo. Me parece que una vez que se asiente el equipo, va a dar satisfacciones. No es fácil el próximo campeonato del Mundo en Brasil, dónde el eterno rival nuestro va a ser local y va a tener a toda su gente detrás y en esos torneos espeligroso. Pero yo le tengo fé a Argentina, creo que va a armar un lindo plantel para pelear.

-¿Cree entonces que va a mejorar el papel y el rendimiento mostrado en la última Copa América que se jugó, en Argentina? Qué diferencias ve en ese equipo con aquel del que usted formó parte y que salió campeón en el XX?
-Son distintas épocas. El hecho de ser loca, un poco te condiciona pero a la vez te da eso de pensar que no podés perder con nadie. Uruguay es otro eterno rival y perder con ellos en Argentina es como si nosotros ganáramos de visitantes, tremendo. Fue un golpe bastante duro producto de que, a lo mejor, no se le haya dado al torneo la importancia que en verdad tenía o, caso contrario, haya habido un exceso de confianza por el hecho de ser locales. A mi gusto, perder de local ante Uruguay es fuerte, lo mismo que con Brasil, aunque sabemos lo que son los brasileros. Los uruguayos tuvieron una mejoría notoria en el Mundial pasado y, a partir de allí, comenzaron a potenciarse.

-El suyo es un caso particular, dado que jugó para dos selecciones: la argentina y la italiana.
-Yo jugué para Argentina y después pude jugar para Italia. Posteriormente, Lorenzo me vuelve a citar para Argentina, ya que jugaba algunos partidos amistosos, pero en el medio, salió proveniente de la FIFA ese artículo que decía que si ya gústate para una selección, no podés disputar partidos para otra. Y yo por más que haya jugado primero para Argentina, lo había hecho luego en Italia y no pude volver. Le pasó lo mismo al mono Navarro Montoya en la selección Colombia. Así que yo jugué el Mundial de Chile 1962 para Italia y luego no pude volver a jugar para Argentina.

-¿Cuál de las dos experiencias disfrutó más?
-La Argentina, sin duda. Era un equipo lindo, me acuerdo que hasta le ganamos a Italia 1 a 0, pero yo no jugué nada bien. Me agarró un stopper italiano, Bernasconi, y no me dejó tocar una pelota, realmente me marcó muy bien. Hasta ese momento era el mejor jugador argentino, y a partir de ahí fui el peor, pero fueron momentos buenos en general. En Italia me tocó jugar cinco partidos y ser el capitán. Me citaron porque el 8 de ellos, que era muy bueno, se lesionó y entonces entré yo. En el Mundial perdimos con Chile y me fracturaron la nariz de un codazo. Había un jugador nuestro caído, yo me acerqué y, no sé porque, recibí una piña y caí redondo, ja.

-En la Selección Argentina jugó 12 partidos e hizo 12 goles, un gran promedio. Ve en Higuaín al 9 del presente?
-Higuaín es un gran 9, te da una sensación de potencia impresionante y busca el gol, no duda. Está cerca del arco y patea, eso es muy importante para un centro delantero, y es compañero, si puede tocarla, la toca. Tenemos 4 delanteros excepcionales porque Agüero y Di María son una compañía determinante tanto para asociarse con Messi  como para abastecer a Higuaín.  Yo técnicamente era buen jugador, la pisaba, hacía cosas medias raras, me gustaba mucho la técnica. Hacía tacos, caños. Hoy le hacés un caño a un defensor y de la bronca te devuelve una patada, antes era más divertido en ese sentido. Antes eran todos grandotes pero iban leal, te trababan de frente y listo. Ahora se piensan que el caño es una cargada pero en el fútbol es muy útil porque deja sin chances de nada al rival. Si estás ganando 5 a 0 tratá de evitarlo, porque ahí sí puede dar a pensar cualquier cosa pero, en otro contexto, el caño es muy bueno, sobretodo si es en el área. Lo mismo que el putinazo, que ahora casi no se usa más. El puntinazo es ideal: punteás y sacás el pie rápido, al defensor no le da tiempo a reaccionar y al arquero tampoco, es rápido y efectivo.. Hoy hay poco de todo eso, pero nosotros lo usábamos mucho porque era un arma letal dentro de un partido. La televisión es fundamental también porque te enseña. Mirar al camerunés Eto’o es muy productivo, vos lo ves como se eleva, como gira la cabeza y como impacta, con una elegancia tremenda e inusual, increíble. Ver al Mago Capria como le pega con la zurda, es fenomenal. Un día, hace muchos años, lo veía a Saviola, antes de emigrar, jugando para River contra Independiente. Gambetea dos, mira para un lado y define hacia el otro, con el arquero desparramado en el área chica, son cosas que te enseñan. Pero esas cosas dependen de la práctica de cada uno. Falta gente que le enseñe a los chicos de técnica, todos los detalles que deben saber desde chicos para llegar a ser alguien dentro del fútbol. El chango Cárdenas era un jugador que paraba la pelota con el pecho, al estilo Pelé, y la dormía. Yo no podía, la bajaba bien pero no la dormía. Parecía que la embolsaba con las manos como un arquero, pero quedaba muerta en el pecho. Es práctica. Yo tuve un compañero que no sabía cabecear. Un jugador de Primera y de Selección, del que no voy a decir el nombre. Pero es también la vagancia del jugador, lo mismo que los centros. Contra Arabia Saudita ví a Di Santo desbordar por derecha y se ve que, de muy buen compañero, quiso meter el centro para que el 9 cabecee. La mandó al lateral, un jugador profesional que juega en una de las Ligas más importantes del mundo. Está bien que sea un pibito, pero es un jugador de Selección, no puede tirar un centro tan mal. Yo nunca había visto a Di Santo, pero es un buen delatero con buen físico y gran dinámica, pero con muchos aspectos a mejorar, está claro.

-En el caso de Di Santo, no jugó en el fútbol argentino sino que se formó en Chile y fue vendido al Chelsea siendo muy joven. ¿Le parece bien que los jugadores emigren siendo tan jóvenes? Di Santo casi no jugó en Chelsea y fue cedido dos veces, hoy está en el Wigan de la Liga Inglesa, pero no llegó a explotar en el club que adquirió su pase.
-Yo estuve en el Atalanta hace cinco años, tiene un predio impresionante. De lado derecho tiene dos canchas de 11 y un hotel grandísimo para concentrar, con Confitería y Restaurant incluidos. A la izquierda tiene tres canchas amateur y otro hotel pura y exclusivamente destinado a los padres de los pibes. Contención. Eso es lo que necesitan. Los padres van dos semanas, un mes y se hospedan en el hotel, le brindan cercanía al chico, familiaridad. Puede ir cualquier familiar cada vez que así lo quiera. Y Atalanta es un equipo chico eh, pero tuvo el mecanismo acertado para los jóvenes. ‘Cuántos jugadores debe haber, que no conocemos, jugando en las diferentes ligas del mundo? Los clubes se llevan a la familia, a los padres y al hermao chiquito. ÉL va a jugar, el hermano a estudiar, el padre a trabajar y la madre tiene un hogar que cuidar. Ellos se encargan de todo.

-Antes de emigrar a Italia estuvo 3 años en Racing. Hoy en día se hubiera quedado un tiempo más o se hubiera ido a Europa ante una buena oferta, tanto en lo deportivo como en lo económico?
-Y, no lo sé, los tiempos son distintos. Hay muchos intereses en juego referidos al dinero, los representantes y los clubes en cuestión. Nosotros creíamos que ganábamos bien, pero había otros que ganaban mucho más. Me acuerdo de un pibe de Racing que jugó 3 partidos y se compró el auto 0KM y un departamento en Palermo. O Martínez Gullota, que fue tres años el arquero suplente de De Olivera y ganaba $40000 por mes. Es un dinero muy importante. Y ahora está de suplente en un equipo del ascenso. Te tenés que dedicar. También hay otras tracciones, las chicas van a buscarlos más a los jugadores. Nosotros en Atalanta entrenamos 1 hora y 20 a todo ritmo y yo a veces veo que están tres horas al pedo, dan vueltas, caminan. Nosotros a las 10 teníamos que estar en la cancha. Hasta las 11: 20 aproximadamente entrenábamos. Hacíamos un entrenamiento fuerte en cuanto a fútbol, táctica, velocidad. A las 12 nos juntábamos a almorzar en un restaurant y después a dormir la siesta. A las 15 volvíamos a entrenar, 1 hora y media. A las 19 teníamos que pasar a firmar por el club por la presencia. En invierno, 19:30 comíamos y al sobre. El técnico nos controlaba mucho.  Del pueblo podíamos salir todos los lunes con el auto de cada uno. En el Inter eran más permisivos, pero en Atalanta era todo más estricto y había que cumplir.

1/8/12

Galmarini: "Quiero retirarme en Tigre"


-¿Te sentís un referente dentro del plantel de Tigre?
-Quizás por los años que llevo en el club y por el conocimiento de la institución. Intento estar en la necesidad de todos los integrantes del club. Los escuchó y le doy mi palabra al que lo necesite, sea joven o grande.
-¿Te vas a quedar en el club de Victoria?
-Todavía no firme el contrato. Tuve una oferta de un club de Mexico y otra de un equipo de España pero sufro mucho el desarraigo mi idea no es irme de la Argentina. Estoy muy contento acá. Mi idea es seguir. Hablé con los dirigentes para que continue en el club. Quiero retirarme en Tigre o que me retiren acá. Esta semana está previsto que firme.
-¿Cuál es el objetivo en el próximo torneo?
-Son otras exigencias. No hay que perder de vista lo que le sucedió a Banfield. Hay que intentar seguir y hacernos fuertes en la sudamericana. Tenemos ganas de que nos vaya bien pero sin descuidar el torneo local. La idea es hacer un  equipo solido y fuerte que nos permita estar en la parte de arriba de la tabla.
-¿Qué le inculcó Arruabarrena al equipo?
-Había buenos jugadores. Lo que impuso el vasco fue el buen fútbol y estar tranquilos en cualquier situación del partido. Tiene un gran conocimiento de lo táctico. Esas fueron las bases del buen juego que demostró tigre el torneo pasado. La continuidad que le dieron los dirigentes a todos los entrenadores fue fundamental también.
-¿Cómo va a jugar Tigre?
-La idea es la misma que el año pasado. La premisa será ser protagonistas e intentar adueñarnos del partido. Se nos fueron tres jugadores fundamentales. La carta de gol, el distinto y el que nos daba la pausa. Confio en los dirigentes y en el técnico para suplir las necesidades.
-¿Qué le faltó al conjunto de Victoria para lograr el campeonato?
-Me fui muy contento cuando termino el torneo. Nuestro objetivo era situar a Tigre como un equipo grande de la Argentina. El que piensa que nos quedamos en la puerta para mi esta equivocado. Nos falto la tranquilidad de un equipo que no pelea por el descenso.
-¿Querés revancha en River?
-Haber jugado en River fue un sueño, nunca hubiese imaginado vestir esa camiseta. La vuelta se me hace muy complicada, casi imposible. Difícilmente me fuesen a llamar de Nuñez. No deje buenos recuerdos y tampoco cumplí con las expectativas.
-¿Jugarías en Boca?
-No hablaron conmigo desde Boca y tampoco con mi representante.
-¿Sigue la ilusión de ver a Riquelme en Tigre?

-La ilusión de ver a Riquelme de Tigre está. Es un jugador que esta muy identificado con Boca y es difícil imaginarlo con otra camiseta. La ilusión es lo último que se pierde. Seria un sueño jugar con el. Si hay algo para hacer para que Román venga, que se haga hasta lo imposible. Si Riquelme juega en Tigre se va a querer matar. "Este muerto al lado mío", va a pensar.

17/7/12

Pases de gol

   Los equipos de Primera División han decidido reforzarse mayoritariamente con delanteros o volantes ofensivos con poder de fuego. Más del 40 por ciento de las incorporaciones son jugadores capaces de convertir goles y está cifra es aun más significativa cuando se denota que en la mayoría de los equipos solamente dos jugadores de campo son delanteros, es decir, un 18 por ciento.

   Las probables causas son la falta de gol de los equipos. ¿Invertir en delanteros es realmente la causa de la baja cantidad de anotaciones por partido? No. La realidad es que no hay creación de juego. Pero lo que falta no son volantes creativos tampoco. Los directores técnicos están adeudados con el fútbol y convencidos de que para ganar se debe ser mezquino. Es claro que ese concepto es falso porque hay ejemplos como el Barcelona actual, el Manchester United de hace unos años y el Santos de la Copa Libertadores 2011, que permiten mantener la ilusión viva de "jugar lindo".  Las ideas de juego son pobres, ya que el mayor porcentaje de los conductores utilizan esquemas como el 4-4-2 o el 4-5-1.
   Los conjuntos que llegaron con chances de consagrarse campeones a las últimas fechas, en este último torneo, fueron Tigre, Boca y Arsenal. Sin ir más lejos, Tigre, para muchos el que más lindo jugó durante la temporada, siempre tuvo un volante creativo, y un volante con excelente manejo del balón. Román Martinez y Diego Morales fueron los exponentes del fútbol que plasmó en la cancha el equipo de Arruabarrena. Por el lado de Boca, Juan Román Riquelme y Cristian Chavez le dieron un sello distinto y de calidad al equipo dirigido por el, también mezquino, Julio Cesar Falcioni. Por último, Gustavo Alfaro, conductor del campeón Arsenal, al no tener un claro volante creativo, decidió jugar por las bandas o utilizar a Luciano Leguizamón para idear el juego.
   Pero esa creencia de que "jugar feo" es sinónimo de ganar persiste. "Nos gustaría jugar lindo, pero se necesita ser efectivo", afirmó Juan Carlos Olave, arquero de Belgrano de Córdoba, después de la última victoria ante Velez. Además, un reconocido diario lo caracterizó con la palabra "sinceridad". También le atribuyó ese triunfo al sacrificio de sus compañeros. Está instaurado en el ambiente del fútbol que una gran parte del éxito viene del esfuerzo físico. Quizás sea un factor pero es más importante lo táctico, la circulación y lo técnico.
   En cambio, Patricio Toranzo, ex jugador de Racing, advirtió: "En el fútbol argentino hay muy pocos equipos que intentan jugar al fútbol. Cada uno tiene su estilo y uno no debe despreciar a nadie por eso". En referencia al Coco Basile aseguró el año pasado: "Tenemos un técnico al que le gusta este juego. El Coco nos pide jugar al fútbol, que es lo más lindo que hay. Quiere que hagamos rodar la pelota, que la tratemos bien porque eso nos dará muchas chances de pelear por campeonatos".

13/7/12

Hay base, hay futuro

   ¿Azúcar o edulcorante? ¿Campazzo o Laprovittola? Diferentes y parecidos a la vez. Los bases pelearon por un lugar en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y Julio Lamas, director técnico de la selección de básquet, eligió a uno de los dos. La decisión ya fue tomada y el milrayita será el suplente de Pablo Prigioni, la flamante incorporación de New York Knicks.
   El jugador de Lanús y su colega de Peñarol, comenzaron en igualdad de condiciones la preparación hacia la mayor cita deportiva mundial pero, con el correr de los partidos, el base de Mar del Plata cobró más valor y relevancia. Al tener que hipotéticamente decidir por uno de los dos el ex jugador del Real Madrid se anticipó: "Es una pena que se vaya alguno de los dos". En el último partido que Argentina perdió ante Brasil en Foz de Iguazu, Laprovittola no tuvo ni un minuto de juego. Ya estaba tomada la decisión.
   Campazzo cada vez que tiene minutos en cancha es un revulsivo. Hay una energía distinta y es totalmente electrizante cuando debe ingresar. Durante los primeros juegos de la preparación, al milrayita se lo vio nervioso o simplemente con un tenue descenso del gran nivel que venía sosteniendo. Prigioni lo notó y aseguró: "Es normal. Te lleva un período meterte en un equipo que tiene tiempo junto. Pero yo estoy convencido de que si un jugador tiene un potencial que demuestra constantemente, tarde o temprano, lo va a ratificar en la Selección". 
   En cambio, Laprovittola se adaptó apenas comenzó el rodaje ante otros equipos más rápido. Tiene un juego más similar a Prigioni que Campazzo y quizás esa es la clave por la que Julio Lamas decidió que el último sea el que vaya a Londres. Es más pensante y más habilidoso pero no lleva consigo, por ahora, ese fuego de ir por todo, de sólo querer ganar.
   Sin dudas, Lamas tomó una decisión correcta. Para empezar, el cuerpo técnico está formado por varias personas. Entre ellos está el ex conductor de Obras y el actual de Peñarol, Sergio Hernández. "Oveja" conoce muy bien a Campazzo y sabe exactamente que le puede dar en ciertas situaciones del juego. En cambio, Nicolás Laprovittola juega en Lanús y, por más de que vean sus partidos, no es lo mismo. Prigioni se adelantó y acertó en su análisis: "Los dos tienen cualidades muy distintas y cuando entra uno te da una cosa y cuando le toca al otro, es algo distinto. Es una decisión difícil. Los dos están jugando bien, habrá que ver qué evalúa Lamas de qué es lo mejor para el equipo".

9/7/12

El último diez


   "Vos, dejá nomás, que algún chabón, chamuye al cuete y sacudile tu firulete, que desde el cerebro al alma, la milonga lo bordó", dice el tango que canta Julio Sosa y representa lo que es, fue y será Juan Román Riquelme, para muchos "el último diez". Más allá de las afinidades futbolísticas, el ex jugador de Boca es un personaje único y extraordinario. 
   En el campo de juego, lo difícil lo hace sencillo. Él juega con la cabeza. Ordena a sus compañeros dentro de la cancha, está concentrado en que cada uno haga bien su trabajo y que se complementen. Además, tiene un guante en el pie. Asistencias, goles de tiro libre, algún gol olímpico, liderazgo, habilidad. ¿Cuál será la mejor virtud de Riquelme? Ninguna de las mencionadas anteriormente. La mayor virtud de Román es su cerebro. 

   "Cada jugada que sueño se hace realidad", dice Toco y me voy de la Bersuit y le encaja perfecto al juego de Riquelme. Ese talento para utilizar todo el campo de juego, para manejar al grupo, para tener siempre los ojos observando lo que pasa alrededor suyo y no dudar de que lleva la pelota totalmente dominada. Como lo hizo en varias oportunidades, para sacar a Mouche y a Palacio del area en un corner y crearle más espacio a los cabeceadores. Para antes de patear, ordenar a sus compañeros que estaban mal parados. Para el nacido en San Fernando, cada segundo es una eternidad y sabe aprovecharlo. Su tranquilidad también lo ayuda.
   "Si he de morir, no quiero como la oveja que cuando no da más lana el amo la degüella", canta la Bersuit en El Baile de la Gambeta. Román se va con su fútbol y deja uno menos vistoso y quizás menos efectivo en La Boca. Se retira de Boca con todas sus razones y antes de lo esperado porque tiene más para dar en el fútbol, pero no quiere sufrir lo que le queda en el fútbol poco ofensivo de Falcioni.
   Al recordar momentos claves en la carrera futbolística, rápidamente se rememora el caño a Yepes y al joven jugador de Rosario Central, la participación en el Mundial 2006. Cada mágico momento en la Bombonera antes de ejecutar una pelota parada en el que la besaba y unos segundos después se escuchaba el grito de gol. También se viene a la mente la final ante Real Madrid, cómo lo hizo correr a Makelele, en ese momento entre los jugadores con más estado físico del planeta. Los tres goles en la final ante el Gremio que le dieron la Copa Libertadores en el 2007 al equipo de Miguel Angel Russo también son parte de la gloriosa carrera del ex enganche xeneize.
   Si se mira el lado extra futbolístico, se nota que hay muchas diferencias sobre todo, con el técnico Julio Cesar Falcioni. ¿Fue un error de la dirigencia haber traído al ex Banfield? Se lo puede mirar de diferentes puntos. El primero es que sí. Porque un equipo en el que la estrella es un enganche no puede tener un técnico que tenga como esquema predilecto uno que no utilice esa posición. Otro punto de vista es que no fue una buena decisión. Porque reestructuro la defensa y la hizo más eficaz. Ganó un título invicto y casi consigue la triple corona.
   Román es una persona única. Fuera de la cancha, maneja las entrevistas. Decide cuando dar a conocer ciertas declaraciones y elige el momento exacto para hacerlo. Por otro lado, es una persona polémica. Fue claro el conflicto con Martín Palermo, con Maradona y con muchos periodistas.
   Para finalizar, cito un párrafo que escribió Angel Cappa, un amante del fútbol de posesión, aunque como director técnico no tuvo mucho éxito: "El fútbol argentino se quedó sin luz. Ya todo está en tinieblas. Nos quedaba Román, a pesar de todo, pero ahora se fue. Cansado. Aburrido de tanto predicar en el desierto, de tanto amar a una pelota que no quiere casi nadie. Todos la tiran lejos. Él la iba a buscar y la consolaba acariciándola para volver a jugar. Pero en el fútbol argentino no se juega. Se pelea. Y Román no está para pelear, sino para disfrutar de un juego al que casi todos abandonaron hace mucho. Instalaron el resultadismo más berreta y chapotean alborotados cuando ganan, metidos hasta el cuello en una mediocridad que les viene como anillo al dedo porque es lo que usan como bandera. Como si ganar significara éxito y como si el éxito sirviera para tapar la mugre de un fútbol en franca decadencia".
   Como diría Cerati, "GRACIAS TOTALES".